Abro un surco y voy sembrando
mis sueños y mi esperanza,
de hacer un mundo mejor
para el dia de mañana,
si pudiera, si supiera...
para siempre y bajo tierra
enterraria en el surco,
el paro y la emigración
que aquejan tanto a mi tierra.
Hombres del campo andaluz,
trabajadores curtidos,
que junto con vuestros hijos,
tuvisteis que ir a buscar,
a otras tierras el trabajo,
¡que sarcástica es la vida!
todo a tí te lo negaron
por negarte, hasta el trabajo.
Pero antes de emigrar
hacia el nordeste de España,
se ha dejado tu mujer
su juventud y belleza
aqui, pegada a esta tierra,
a este surco que hoy abro.
Puede que entre tanta mezcla
brote algún día una flor,
símbolo de la justicia,
la libertad y el amor,
con lágrimas y sudor,
las gentes de Andalucia
están regando esa flor.